Lore, que significa “flor” en euskera, nace de la observación de lo esencial. La colección se inspira en la belleza silenciosa de aquello que no necesita explicarse: una curva continua, una forma fluida que envuelve sin imponerse. Una invitación a la pausa.

Detrás de cada línea, de cada curva, hay una historia. En el caso de Lore, esa historia comienza con una flor. Para el diseñador Manel Molina, el gesto natural y envolvente de los pétalos fue el punto de partida para dar forma a la colección.

Desde el primer trazo, Manel Molina buscó que Lore no fuera simplemente una silla, sino una pieza capaz de crear un vínculo. “Quería un diseño que hablara con su forma, que generara una conexión emocional con quien lo usa. Algo que invite al tacto, que despierte sensaciones sin necesidad de palabras”, explica el diseñador.

El resultado es una colección cálida y versátil, ideal tanto para espacios contract como residenciales. Lore se adapta con discreta elegancia, integrándose en el entorno pero dejando siempre una impresión suave, envolvente, duradera.